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La nuda propiedad es el derecho de propiedad sobre un bien sin el derecho de uso y disfrute (usufructo). Al vender la nuda propiedad de una vivienda, el vendedor conserva el usufructo vitalicio, lo que le permite seguir viviendo en la propiedad hasta su fallecimiento o hasta una fecha acordada.

La renta vitalicia inmobiliaria es un contrato mediante el cual una persona vende su propiedad a cambio de recibir una renta periódica de por vida. Dependiendo del acuerdo, el vendedor puede seguir residiendo en la vivienda o ceder su uso al comprador.

Liquidez inmediata: Obtienes capital sin dejar de vivir en tu hogar. Seguridad financiera: Aseguras ingresos para tu jubilación. Mantenimiento del estilo de vida: No necesitas cambiar de residencia. Ventajas fiscales: Posibles beneficios en impuestos sobre transmisiones y sucesiones.

En la nuda propiedad, vendes la propiedad pero conservas el derecho de uso. En la renta vitalicia, vendes la propiedad a cambio de una renta periódica y puedes o no conservar el derecho a usar la vivienda, según lo acordado.

El valor se determina en función del valor de mercado de la vivienda y la edad del usufructuario. A mayor edad, mayor es el valor de la nuda propiedad, ya que el periodo esperado de usufructo es menor.

Inversores privados, familiares o empresas especializadas están interesados en adquirir nuda propiedad como inversión a largo plazo.

Al vender la nuda propiedad, tus herederos no recibirán la propiedad al fallecimiento, ya que el nudo propietario se convertirá en propietario pleno. Es importante considerar esto en tu planificación hereditaria.

Sí, siempre que el proceso se realice con asesoramiento legal y se formalice ante notario, garantizando tus derechos como usufructuario.

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